Los retos de sostenibilidad en
Quintana Roo son innumerables, así mismo, como han sido los sueños de todos los
que hemos llegado a vivir aquí. Unos, hemos llegado persiguiendo una vida mejor
al lado del mar, de la selva, y de tantas bellezas naturales de este Estado. Otros,
los muchos, por necesidad. Hemos tenido una gran migración
de los estados mas pobres del País, como Chiapas, Oaxaca, Tabasco o Campeche.
Sin otro sueño que tener para comer. Los vemos llegar en busca de trabajo con
su precaria bolsa en la espalda, su nivel y cuchara de albañil, o el desplazamiento
de jóvenes, mujeres y hombres, de las zonas indígenas a ser parte del personal de limpieza de un hotel. Una fuerza de trabajo que habría que
fortalecer con capacidades y con educación.
Me gustaría invitar a todas las organizaciones
sociales al diseño de un programa de gestión y promoción de la Responsabilidad
Social y Ambiental de toda la sociedad en su conjunto. Trabajar sumando esfuerzos, gobierno y sociedad, en un ejercicio de gobernanza.
Programas de
responsabilidad social y ambiental que puedan resolver las problemáticas
concretas de forma muy específica, y territorialmente con capacidad de poder
ser revisadas, supervisadas y valoradas.
Podríamos, por lo pronto, empezar por crear un directorio estatal por
municipios de OSCs tanto sociales, culturales, como ambientales con la información de sus
causas. De manera que podamos ofrecer un programa de adopción de las mismas, para empresas, personas físicas con actividades empresariales, o ciudadanos profesionistas.
Las causas pueden ser
asistenciales, cómo las más apremiantes como el embarazo adolescente, la
violencia intrafamiliar, el suicidio; también causas que tienen que ver con el
fortalecimiento de nuestras capacidades.
Será importante la promoción y capacitación para la
economía de las zonas vulnerables urbanas y de la zona maya a través del
rescate de los huertos caseros, de las
Industrias creativas, como el desarrollo artesanal de excelencia. Un
acompañamiento que se puede hacer desde la OSCs. Y, sin duda la infinidad de causas ambientales
que habría que abrazar en nuestro Estado. Desde el rescate de los espacios públicos, la
forestación urbana hasta playas, cenotes y selva.
¿Pero cuales serían los cimientos
para sustentar desarrollos urbanos sostenibles en el futuro?
En mi opinión la
CULTURA es la clave para un desarrollo sostenible, como lo afirma el Informe
mundial sobre la cultura para el desarrollo Urbano Sostenible de UNESCO:
La Agenda 2030 para el Desarrollo
Sostenible y la Nueva Agenda Urbana llegan en un momento en que la humanidad se
enfrenta a varios desafíos notables, que repercutirán cada vez más en las
ciudades. La Agenda 2030 ha impulsado un enfoque holístico e inclusivo para el
desarrollo futuro de las ciudades. A este respecto, el ODS 11 traza una senda
clara para el desarrollo urbano sostenible. La inclusión de la cultura en ese
Objetivo brinda una magnífica oportunidad para vincular ámbitos normativos que
no siempre han estado armonizados y que han avanzado a ritmos distintos
Un enfoque integral en la expansión de las
zonas urbanas y rurales del Estado centrado en la cultura, ayudará a generar
sostenibilidad medioambiental, impulsando una variedad de prácticas
relacionadas con el patrimonio cultural y aumentando la resiliencia de las
ciudades. Un entorno urbano más ecológico, mediante la eficiencia energética,
la expansión urbana controlada y la presencia de áreas naturales urbanas,
reducirá la huella de la ciudad y los pueblos.
Este tipo de esfuerzos de conservación
proporcionan soluciones prácticas, económicas e importantes, a los numerosos
desafíos a los que se enfrenta Quintana Roo con zonas urbanas en pleno
crecimiento.
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